martes, 19 de octubre de 2010

Cuando tu trabajo es tu mayor alegría

Cuando tu trabajo se convierte en tu mayor alegría sientes todas las mañanas que los días brillan con mayor intensidad.

Sientes el deseo de llegar cuanto antes mejor. Piensas con entusiasmo qué proyectos llevar a cabo, qué podría funcionar y qué no. Deseas contagiar tu interés y motivación, y aunque a veces parezca que no lo puedes conseguir, no te paras. Supone un reto.

Cuando se convierte en tu mayor alegría, eres feliz con sólo pensar que mañana vuelves a ir, que tú los necesitas, pero que ellos también a ti...

No quieres defraudar a nadie y pretendes ser la mejor. Faltan horas al día para lograr esa preparación. Preparación que como persona responsable entiendes que jamás debe acabar.

Mi mayor alegría es entrar en el aula, ver sus caras, conocer sus intereses, sus problemas y aflicciones. Es guiarles en sus aprendizajes, ayudarles a pensar y reflexionar. Es hacerles ver que para alguien son muy importantes y que confío en sus capacidades. Es ayudarles a crecer.
Es aprender de ellos, es contagiarme de inocencia e ingenuidad. Es sentir que soy durante esas horas la figura que les da seguridad (aunque en otros aspectos no me sienta segura ni yo misma...) y es sentir la mayor la felicidad al ver cómo aprenden y te dicen que no quieren que acabe la clase...

4 comentarios:

Kinezoe dijo...

Qué bonito lo que nos cuentas. Yo también me alegro por ti. Y por ellos ;)

Un abrazo.

Silvia dijo...

Muchas gracias Kine!!
Un abrazo!!

Anónimo dijo...

Muy bonita la entrada..estoy segura de que seras una gran profe dentro de nada..un abrazo muy fuerte y mucho animo !! ;)

Silvia dijo...

Muchas gracias!!!
Un abrazo!!!