jueves, 6 de agosto de 2009

Ocaso

No querrás saber, alma marchita, que es lo que queda tras el dolor. No querrás buscar más allá de éste, no querrás estar ahí cuando el dolor vaya a tu encuentro.

Buscas algo pero no está. Ya te has acostumbrado a perder. No eres más que hoja de otoño que giras con el aleteo del viento para caer y desvanecerte suavemente.

Aquellos miedos que tuviste te encontraron tras mil revueltas. Han visto tu rostro y te han sonreído; mas nunca debiste fiarte de aquello que te hace creer que todo es inmortal. Ya no puedes huir. Es tarde para todo e incluso para ti.

Calla, calla.

3 comentarios:

Kinezoe dijo...

Palabras con el peso de una losa de hormigón sobre los hombros; palabras que denotan gran desengaño. Te aliento a que vayas soltando lastre deshaciéndote para ello de todo aquello que te oprime. Como dice la obra maestra de Queen en su última frase (hablo de Bohemian Rhapsody): "Any way the wind blows...".

Mañana volverá a salir el Sol. Abre la ventana y deja que los primeros rayos del alba inunden tu haitación. Verás la vida de otro color. Hay gente que desgraciadamente no puede disfrutar de semejante espectáculo.

La próxima entrada la quiero más animadita, eh? Recuerda que Siempre es buena hora ;)

Un abrazo, Silvia!



PD: Qué curioso, experimenté un extraño déjà vu. Es como si te conociera de toda la vida...

Anónimo dijo...

estás preciosa cuando sonríes...no estés triste

Cuervo Tuerto dijo...

De las pocas cosas que se me puedan dar bien, creo que una es poder hacerte sonreir.

Espero poder estar siempre para ello en el momento indicado.

CT